sábado, 5 de septiembre de 2009



El gran regalo del cielo, el regalo de mi vida. Poner en mis manos tantas ancias de crecer, tanta conciencia, tantos pensamientos vírgenes buscando rumbo, poner en mi mochila un sin fin de esperanza, de confianza, de aptitudes, de sueños. Poner en mis hombros una vida de conversaciones, una vida de acertijos, poner en mi cabeza pensamientos, ideas, conflictos a resolver, que a futuro serán muchos. Poner en mis pies un camino a recorrer, acompañados de tus pequeños piecesitos, que quieren correr y correr por lograr acaparar atenciones y sonrisas. Tus manitas en mi manos, que por lo demás no son muy grande, pero al lado de tus duendecitas son pequeñas gigantes. Tu pelo, noche que descansa en tu cabeza, junto con el mio, amaneceres que me ayudarás a descubrir y a enseñarte. Ojos de almendra acompañados de ojos cansados, ojos de lucha, pena y por sobre todo alegrías, son cosas que quiero compartir contigo, quiero más que enseñarte a reir, a no olvidar que la vida está hecha para disfrutarla, pero que también las lagrimas limpian el alma. Tus labios, que intentan decir mil y una cosa, los míos que a veces no quieren más que callar, dices mi nombre y se me derrumba el mundo... tu sonrisa, inalcanzable fuente de vida, base de mis fuerzas y energía para mi cansancio, que por lo demás, no puedo mentir, últimamente es mucho. Inyección de optimismo. Energía de vida. Vitalidad. Esperanza. Futuros pensamientos. Noches de sueño. ¡¿Cómo te gusta tanto dejar llover polvo de estrellas en tus pequeñitos pies?! ¿Cómo es posible tanta felicidad?
Eres mi pequeño gran fóchëm.