viernes, 20 de noviembre de 2009


Quiero escribir con violencia, una crítica, una sensación de vacío. ¿Cómo decirlo? Siempre lo llame ignorancia, si, como dije abiertamente: Son cosas que la ciencia aún no ha estudiado. Y en cierta forma no me equivoqué, pero con el pasar de los años, y a raíz d una reconstrucción mental un poco más avanzada, que muchos llaman madurez, he logrado tener una teoría personal respecto a esta "ignorancia", y la verdad es que mi conclusión es que éste llamado Dios, del que muchos hablan, queda resumido tan sólo a la conciencia de cada uno. ¿Qué quiero decir con esto?. Que bueno, en las mentes, en los argumentos, en las razones, todos tenemos la necesidad, desde que el hombre es hombre, de poder dividir nuestros actos y pensamientos en el bien y el mal. Bueno, ese bien, para algunos es Dios, y ese mal para otros el Demonio. Al final, descubrí que dicha creación, de estos personajes es sólo para ponerle nombre a nuestra moral. Para decir si soy bueno o malo, el ying y el yang, el sueño y la pesadilla, el amor y el odio, etc. Pues bien, ya no creo que sea una ignorancia, y mucho menos me nombro ignorante. Creo que, todo lo contrario, he logrado darle un sentido a esa fe que todos dicen es obligación. Que no se puede vivir sin creer en algo. Yo creo, creo en mi, creo en mis hermanos, mis padres y amigos. Creo en mi intelecto, y me culpo cuando sé que está en mis manos ser mejor. Creo en el amor, en la ayuda hacia los demás, muchas de las cosas que predica la iglesia, pero que no llevan a cabo. No, no creo en los curas y desde pequeña temo a las monjas, no creo en las iglesias y en los altares, no creo en el agua bendita ni en la crucisficción, no creo en los cantos y las misas, son aburridas, místicas y misteriosamente extrañas. No creo en los que creen. Como bien dijo la Viole, los de abanico y de frag sin tener merecimiento van y vienen de la iglesia y olvidan los mandamientos, y a ella si que le creo. No creo que nosotros tengamos la obligación de llenar de oro las iglesias porque Dios se merece todo. Creo en la lealtad, en la confianza, en la amistad, en el buen trato, en la sonrisa, en la alegría, en mi conciencia, en mi con-ciencia, en un abrazo, en las manos, en el amor. Cosas reales, algunas tangibles, otras no tanto, pero es lo que construye la persona que soy hoy. Esa es mi verdad, sin derecho a réplicas ni a mayores explicaciones.

sábado, 7 de noviembre de 2009


Bueno bueno, entradas lejanas, sentimientos lejanos... extremos, vulgares, bohemios, tóxicos. Palabras contaminantes. Palabras para aminorar y no engrandecer almas perdidas, vagas, volátiles, drogadictas. Frases involutivas que estremecen, remueven, refriegan, adormecen sonrisas borradas. Curas de espanto, increíbles, vespertinas. Sentimientos vírgenes, indómitos, indomables. Rabias no vividas que carcomen como ratas mal olientes. Mariposas que vagan por la infinidad de los caminos de mis pensamientos, de mi vientre, de mi pecho. Sangre tinturada de rosa, pero no rosado, rosa, color de rosa. Palabras al viento, al azar, ¿No dijo Einstein que Dios no juega a los dados?. Momentos molestos de modas, tendencias, payasos, caras pintadas de figuraciones absurdas y muestras de que se puede cubrir con arte las Mierda que llevan dentro, el olor, aún así aflora. Ideas que flotan por el tiempo cuales burbujas salidas de la bebida más vendida, y más toxica...admirable. Enojos que molestan, desesperan, acarician la frialdad y al agonía de rabias guardadas, comprimidas dentro de los malos sentimientos que todos, y me arriesgo sin dudas a generalizar, todos tenemos. Palabras escritas sin sentido, pero con más sentido que muchas de las cosas que pude decir en mi vida, de muchas de las cosas que logré callar, consiente de hacerlo y que jamás, jamás me arrepentí.

miércoles, 4 de noviembre de 2009


Está todo bien, todo bien, mi familia, mis amigos, todo bien, siempre esta todo tan bien. Me rio, lloro, como todo el mundo. Salto y bailo, y siempre esta todo tan bien. ¿Qué me pasa?, por supuesto me lo pregunto, como todos los demás, soy como todos los demás. Siempre me quiero sentir especial y única, como todos, ¡Qué manera de querer siempre marcar la diferencia! Bueno, como todos la verdad. Me gusta estar bajo la lluvia, pero no quedarme con la ropa mojada. Ojalá llegar a la casa, para acostarte, y no tener que trabajar. A todos nos pasa. Tengo estabilidad laboral, tengo estabilidad amistosa y familiar. La verdad es que tampoco "me falta Dios"(como existe n dicho popular por ahí), estoy a lo Kevin Johansen(desde que te perdi, se estan enamorando todos de mi, y hasta algunos me quieren convencer, que con ellos sería mucho más feliz), que egocéntrico, pero de verdad verdad me pasa, aunque, a decir verdad, se que son como el gas, cosas volátiles. Bueno, a todos nos pasan. ¿Porqué, a pesar de todo esto, aún me siento vacía? No lo entiendo, lo pienso como si mi corazón fuera el que llora, y no mi cuerpo, lo siento como recuerdos, pesares, pasares, que se yo. Lo siento extraño, ajeno a mi. Como si de pronto mis risas se burlaran del sufrimiento de mi corazón, como si mis amigos quisieran cobijarlo, y solo me cobijan a mi, no a él. Es como si la vida se esmerara en hacerme feliz, dejándolo de lado. No entiendo. mi corazón se fugó, si, se fugó de mi cuerpo y no lo encuentro, lo busqué en cuerpos ajenos que se burlaron de él. En grandes cuerpos con cerebros y corazones pequeños y egoístas. Lo busco, en amistades perdidas, es como si el pobre anduviese mendigando cariño....¡Y no se lo dan! No a el. Como decía la violeta. Corazón Maldito.